Monday, August 07, 2006

Prueba UV nuevo método para contrarrestar adicciones

Es transdisciplinario, holístico y sistémico
Prueba UV nuevo método
para contrarrestar adicciones


· Enfermedades e incluso conductas sociales, tienen que ver con una percepción errada de lo que es la esencia del ser humano: Enrique Vargas Madrazo
· “La gente no tiene que ser aislada, al contrario, lo que necesitan es conectarse con ellos mismos y con el contexto que los rodea”: Tania Romo


Juan Carlos Plata

Investigadores del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad Veracruzana (UV) llevaron a cabo un taller de “Sanación de adicciones”, cuya propuesta es la aplicación de un método transdisciplinario, holístico y sistémico para el abordaje de los problemas salud-enfermedad, en particular las adicciones, comentó el investigador Enrique Vargas Madrazo.
“La esencia de este programa surge de la confusión que hay sobre cuál es el origen de la adicción. Este enfoque alternativo implica que la poca efectividad que tienen los enfoques disciplinarios, ortodoxos y cerrados para abordar las adicciones y muchas otras enfermedades, e incluso muchas conductas sociales, tiene que ver con una percepción errada de lo que es la esencia del ser humano”, sostuvo.
Vargas Madrazo explicó que la manera en que durante millones de años se estructuró la existencia humana en el planeta ha sido destruida por la civilización occidental urbana y destacó la necesidad de las personas por tener una experiencia ecológica profunda, ser parte de la naturaleza –lo que se llama ecopsiquis–, y no sólo tener una conciencia del entorno.
“El objetivo del taller es brindar las potencialidades, las capacidades, los métodos para que el individuo vuelva a llenar su eco-psiquis de experiencias de gratificación no instantáneas o consumistas, sino experiencias de gratificación permanentes, conscientes, holísticas e integradas”, dijo.
Por su parte, Tania Romo, colaboradora del proyecto, explicó que el grupo de investigación postula que las adicciones son la necesidad de buscar una satisfacción rápida al vacío creado por la falta de contacto natural.
“Los procesos habituales de combate a las adicciones se basan en sustituir la adicción a una cosa en particular por otra adicción. Ésa no es la manera de lograr una completa rehabilitación; la gente no tiene que ser aislada, al contrario, lo que necesitan es conectarse con ellos mismos y con el contexto que los rodea”, aseguró.
El taller incluye, señaló Vargas Madrazo, procesos de autoconocimiento corporal, de percepción de las formas de vida –por ejemplo: el agua que se toma, el sol que recibe, la cantidad y calidad de relaciones humanas que tienen, el tipo de alimentación–; esto es, todos los niveles de organización del ser humano para que el individuo pueda percibir que la patología consiste en determinar con qué intensidad vive alejado de los valores ecológicos.
Tania Romo sostuvo que el proceso de adicción “no solamente lo estamos enfocando al consumo de una droga en específico, tiene que ver con adicciones a la comida, a los juegos, al sexo, o a cualquier otro satisfactor. La propuesta es trabajarlo con jóvenes en un taller con abordaje sistémico y no ofrecerles nosotros una alternativa, sino junto con ellos encontrar esa alternativa y llenar ese vacío que está generando esta desorganización o desvinculación del individuo con la tierra y la comunidad”.

Abordaje errado
Vargas Madrazo afirmó que uno de los problemas fundamentales en la biomedicina, es el equívoco epistemológico de pensar que una patología es una clasificación perfectamente delimitada en la cual caen las personas, y que el médico, el psicólogo o el terapeuta es un ser totalmente al margen de eso y que su función es identificar las sintomatologías y decir: “tú caes en este paquete o en este otro”.
“Lo que hace el enfoque sistémico es integrar al individuo en una visión orgánica donde ya no hay cortes estrictos sino que hay situaciones; entonces, una persona que puede estar en una situación muy grave de adicción a una droga no se percibe a sí misma como una persona separada del conjunto social, sino que se percibe a sí misma en una crisis que tiene su génesis en un problema de toda la sociedad”, señaló.
El investigador aclaró que en la dinámica del taller no se llama pacientes a los participantes, sino colaboradores o coinvestigadores. “Esto implica romper con el concepto de que una persona que tiene una adicción posee determinados problemas, deformaciones, o estados alterados de lo que es normal. Incluso hay estudios en todo el mundo que tratan de establecer si hay un gen o una alteración de alguna ruta neurofisiológica que es la responsable de que la persona sea adicta, “aspecto en el que estamos en completo desacuerdo”, finalizó.

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